SAN MIGUEL DE LA RIBERA ( LA ALDEA DEL PALO)
SAN MIGUEL DE LA RIBERA. SU PATRIMONIO HISTORICO.
Nos encontramos en un pueblo que en los siglos XV y XVI era conocido como la Aldea del Palo, y que hoy se conoce como San Miguel de la Ribera.
Es en el siglo XVI cuando una mujer va a jugar un papel muy importante en la vida de este pueblo: se trata de Doña Giomar de Ulloa.
Doña Guiomar de Ulloa. Toro (Zamora), c. 1529 – Ávila, 1585-1592. Fueron sus padres el regidor Pedro de Ulloa y la noble abulense Aldonza de Guzmán. Del matrimonio nacieron dos hijas: Guiomar y Aldonza. Al morir don Pedro muy pronto, la madre se trasladó con sus hijas a Ávila. Guiomar, al ser la mayor heredó el Mayorazgo, que en su mayor parte se encontraba en la Aldea del Palo. Pertenecían al mismo una manzana de casas entre las que se encontraba la del Mayorazgo, setenta cargas de tierra, una finca de vega con árboles y la pradera que hoy se conoce como Sotofraile. A los dieciséis años se casó con Francisco Dávila, miembro de la familia más poderosa de la ciudad, señor de Salobralejo y amigo del que después fuera conocido como san Pedro de Alcántara. Francisco murió en 1552 dejando sus cuatro hijos a cargo de la joven Guiomar. Las tres niñas fueron llevadas al Convento de la Encarnación, donde se encontraba su tía Aldonza; mientras el niño, Luis, heredó el mayorazgo de su padre.
Su relación con Santa Teresa:
Su vida daría un cambio radical cuando comenzó a frecuentar las compañías de san Pedro de Alcántara —amigo de su difunto marido— y de santa Teresa de Jesús, a la que conoció a través de los padres jesuitas del Colegio de San Gil. Su relación con Santa Teresa fue muy intima y profunda, la consideraba una hermana. Compartían confesor (que no sólo era el que las confesaba sino que la instruía, las orientaba…) uno de esos confesores fue el jesuita padre Prádanos. Cuando éste estuvo gravemente enfermo de corazón, fueron ellas quienes lo cuidaron en la casa que Guiomar poseía en Aldea de Palo (Zamora). Los tres permanecieron en la Aldea del Palo un tiempo prolongado, nada sabemos de su estancia allí pero intuimos la importancia que debió tener para la vida de Santa Teresa y Guiomar, y para la vida de las gentes de este pueblo.
La Santa abulense mientras permaneció en la Aldea del Palo, pernoctó en la antigua Casa del Mayorazgo sita en la calle del mismo nombre, y según la leyenda, al bajarse a beber agua a una fuente perdió los anillos conociéndose hoy la fuente como la Fuente de las Santanillas (Santas anillas).
El convento de Franciscanos:
La relación que ambas tenían con San Pedro de Alcántara (superior de los franciscanos) hace que le pidan la fundación de un convento en la Aldea del Palo. Doña Guiomar cede los terrenos para su construcción. San Pedro de Alcántara gestionará la construcción y el compromiso de pervivencia de sus frailes. Pues como frailes franciscanos no tenían rentas, sino que vivían de la caridad de la gente. Lo cual supone la presencia de San Pedro de Alcántara por estas tierras. Este convento se construye a lo largo del año 1562.
Sobrevivió al decreto, de 25 de octubre de 1820, por el cual se cerraban los conventos de órdenes religiosas que tuviesen menos de doce religiosos, pasando sus bienes a ser propiedad del Estado. No pudo hacerlo a la desamortización de Mendizábal, pasando a manos privadas.
Durante el s. XVI hay que destacar la presencia de dos núcleos luteranos en la Aldea del Palo generados por Pedro de Sotelo y María de Saavedra. Ambos son detenidos, juzgados y sentenciados por la Inquisición.
En la novela de Delibes «El Hereje» se refiere como el protagonista, Cipriano Salcedo, visita a estos grupos en Aldea del Palo.